miércoles, 1 de agosto de 2012

arte



“Mi intelecto no entra en juego cuando estoy canalizando algo subconscientemente. Hay un montón de tiempo para la interpretación después de que un cuadro esté finalizado. Cada vez que miro mis cuadros terminados, es como el análisis de un sueño – descifrar mi lenguaje simbólico personal. Aunque es evidente que se han pensado algunas cosas como la composición estética, todavía trato de mantener las decisiones relativamente instintivas. Encuentro este enfoque mucho más satisfactorio que cuando inyecto un concepto preconcebido en una imagen, ya que consecuentemente ésta se vuelve rancia o demasiado obvia.” 

Estas son las palabras de Karl Persson, el joven y macabro pintor australiano detrás de estos lienzos pintados a óleo con una técnica y un realismo cuanto menos envidiable. 

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